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Pinocho de Guillermo del Toro, la reinvención de un clásico | Reseña

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por María Isabel Burbano / @rizossalvajes

En 2008, el director mexicano Guillermo del Toro anunció que estaría al frente de una producción sobre Pinocho. Tras 15 años de esfuerzo, paciencia y trabajo, él y su equipo dieron vida al cuento clásico sobre el niño de madera. La película está hecha en stop motion y los detalles fueron minuciosos, lo que le ha dado un resultado exitoso.

¿Es este nuevo Pinocho una propuesta que reinventa el clásico que conocemos? Podemos decir que sí. El semiólogo argentino Oscar Steimberg sostiene que el paso de obras en papel al formato masivo dejará aparte ciertos significados dependiendo del contexto social, histórico, cultural, entre otros. Esta mutilación supone una reinvención de las versiones cinematográficas del cuento original de Carlo Collodi.

Eso sí, aunque la reinvención es constante al contar la misma historia, eso no significa que la de Guillermo del Toro no sea especial. Para mí lo es, primero se asienta en una época definida. La Italia entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En segundo lugar, ese tiempo y espacio abre la posibilidad de pensar en ciertas dicotomías: disciplina/desobediencia, fascismo/rebeldía, amo/esclavo. Todas ellas que aún influyen en nuestro desarrollo cultural, a pesar del tiempo transcurrido. La película nos invita a pensar en ello. En lo que significa ser obediente, cuándo es necesario serlo y lo desastroso que es la obediencia ciega a ciertos pensamientos como el fascista que destruyó a Italia.

En tercer lugar y creo que es lo que buscaba retratar Guillermo en el filme. La relación padre/hijo en función de la pérdida y la muerte. La película nos recuerda, paradójicamente, que la conciencia de estar vivos se da porque sabemos que vamos a morir. Geppetto pierde a su hijo en la guerra y quiere reemplazarlo con una marioneta que, por la magia, puede moverse. En el mundo real no podemos reemplazar a alguien que se ha ido. Los momentos que compartimos con ellos son únicos. Solo nos queda avanzar con esos recuerdos en el corazón. Del Toro se pregunta si tuviéramos una segunda oportunidad ¿la aprovecharíamos de verdad? Conmovedora y de momento una posible candidata al Oscar a mejor película animada.