Quito, 29 dic (La Calle).- En el sur de Quito, sector la Ferroviaria Alta, la escuela de lucha libre ECUADOR FULL WRESTLING (EFW) emerge cómo un santuario para este deporte espectáculo; Roger Torres, alías “Komando”, está el frente de este proyecto que se ha convertido en un atractivo para los moradores del barrio y un culto para los amantes del “cachascán”.
La “vieja escuela”
La afición a la lucha libre en Quito se remonta a la década de 1950. La época de oro de la lucha libre mexicana contagió la fiebre por este deporte extendiéndose por Centro y Sudamérica. Figuras como “El Santo”, “Blue Demon”, “Mil máscaras”, “El Cavernario Galindo” y “el Rayo de Jalisco” fueron el delirio de los espectadores.
Las piruetas, las maniobras, las llaves, los golpes y la técnica eran tan importantes cómo la construcción del personaje. “El Santo”, por ejemplo, tenía tanta popularidad y acogida que llegó al cine.
En la capital ecuatoriana, Rene Pérez “El Gorilita”, “Cóndor Andino” y “Sombra Azul”, en compañía del mexicano Andrés Fernández, fueron los pioneros de la lucha libre quiteña. La acogida era tal que los eventos tenían lugar en el Coliseo Julio César Hidalgo, La Plaza Arenas o el estadio del parque El Ejido.
Fueron varias las escuelas que tuvieron cabida entre los 60 y 70, pero “Los Halcones” fue la que logró mayor reconocimiento. De allí nació una de las más imponentes figuras de la lucha libre ecuatoriana: Gerardo “El relámpago” Torres, padre de “Komando”.
El amor, la pasión y la entrega por este deporte fue la herencia que Roger recibió de su padre. Esto lo motivó a recuperar la tradición de la lucha quiteña en el año 2005, hasta abrir la actual escuela ubicada en la Ferroviaria, frente al Colegio Vicente Rocafuerte.
Ecuador Full Wrestling (EFW)
La “ferro” es un barrio populoso al sur de Quito. Es una zona conocida por ser conflictiva debido a los constantes problemas con la delincuencia y el microtráfico. Pero también es el centro de operaciones de una decena de atletas que entrenan con constancia para ofrecer un buen espectáculo.
Cómo suele ser habitual cada dos meses, el sábado 21 de diciembre se pactó un evento de exhibición. El llamado fue respondido por aficionados a la lucha libre provenientes de distintos rincones de la capital.
A la entrada al coliseo, horas previas al evento, emergió del gimnasio un hombre musculoso y muy atento: “Soy Roger Torres, más conocido como Komando, luchador de lucha libre retirado. Dueño de este lugar y además soy quien organiza estos eventos”.
Roger, de 48 años, tiene bajo su tutela a 16 jóvenes que entrena con “fe, arte, fuerza, destreza y espectáculo”. Para ser luchador no basta con querer serlo. La preparación es importante. En el gimnasio los luchadores entrenan martes y jueves desde las 19h30, sábados desde las 14h00 y los domingos a las 10h00.
“Yo no dejo pelear a cualquier chico sin una preparación previa, todo está calculado para que los luchadores den el máximo espectáculo”, comentaba Roger mientras se aseguraba que todo estuviera listo para la tarde y noche.
AFW no tiene categorías para sus peleadores, pero cuenta con dos campeonatos: el peso completo, a manos de “Callejero” y el campeonato extremo, cuyo vigente monarca es “Demencia”. Ambos títulos serían defendidos durante la jornada.
Mientras los espectadores empezaban a llenar el recinto, los luchadores se preparaban en los camerinos. Era toda una metamorfosis. Se deja atrás al individuo para dar lugar al personaje.
Para “Komando”, la lucha libre es más que solo entrar y lanzar golpes dentro de un cuadrilátero: “Esto es un espectáculo y es lo que siempre deben tener en cuenta todos, aquí montamos un show en donde uno es el bueno y el otro es el malo, deben seguir una historia y es lo que notarán más adelante. Todo eso es actuado, pero lo que no es show son los golpes y las patadas que se dan”.
El espectáculo
Ya en el ring, la primera pelea de la noche daba comienzo. “Kike”, ovacionado por gran parte del público, se enfrentaba a “Criss Black”. La pelea fue alucinante, los golpes iban y venían. Un teclado fue estrellado en la cabeza de “Criss Black” llenando de júbilo a los asistentes. “Kike” sería el ganador del primer encuentro en medio de los aplausos de sus aficionados.
La siguiente pelea de la noche ponía frente a frente al campeón extremo de EFW “Demencia” contra el retador “Kronox”. La batalla fue extrema, en honor al nombre del título en juego. Sin descalificación, las acciones se desarrollaron dentro y fuera del ring. Sillas, palos, tejas con alambres de púas, cuerpos contra la lona, y la cara ensangrentada de ambos luchadores dejó satisfecho al público. Al final, el campeón lograría retener su título mientras se escuchaban los gritos de asombro de quienes fueron testigos de un gran espectáculo.
La pelea estelar de la noche fue la defensa del campeonato de peso completo. “Callejero” (c) defendería su trono frente a “Criz Air”. El combate fue reñido. Los golpes se repartían de lado y lado. Los aliados de uno y otro irrumpieron la lucha convirtiéndola en una batalla campal.
La culminación del evento no podría ser de otra manera que con la gratitud de los luchadores con el público presente. Los amos del “cachascán” que participaron en las diversas contiendas bajaron del “olimpo” y recibieron cálidamente a sus fanáticos. Todos querían una foto con el campeón extremo y con el campeón de peso completo.
“Callejero”, extenuado, casi sin aliento atinó a decir: “Lo que ven que hacemos es un trabajo de muchos años, años de huesos rotos y narices rotas, pero tener el título de campeón es la recompensa más grande de la vida. Y para todos los chicos que nos ven, que por favor nunca intenten nada de lo que hacemos en casa”.
YR/DL