Quito, 28 Dic (La Calle).- En 1995, con 24 años de edad, el cuencano Paúl Vélez decidió retirarse del balompié profesional. Por aquella época, los aficionados al fútbol ingresaban a los estadios del país con las camisetas de Manuel Uquillas, Ariel Graziani o Eduardo Hurtado. En un campeonato tan competitivo, el joven Vélez (quien se desempeñaba defensa lateral) comprendió que si quería destacar, todavía estaba a tiempo. Quizá no como goleador, no como capitán, pero si como un líder capaz de materializar títulos con trabajo y constancia desde el banquillo.
El primer paso es el más difícil
A mediados de esa década, Paúl Vélez decide convertirse en entrenador y adentrarse en las entrañas de los sistemas tácticos, las estrategias de ataque y defensa, transiciones, etc. Y comenzó desde las bases, desde las raíces que nutren a los equipos más competitivos, las categorías inferiores. Fue en Deportivo Cuenca, en donde adquirió sus primeras experiencias en la zona técnica.
Primero como asistente técnico de división sub 15 y 20 en 1999. Posteriormente, como asistente de entrenador en la temporada del 2000. Tres años después finalmente consigue hacerse de la dirección técnica del equipo sub 16 y 18. Hasta el 2007 estaría a cargo de coordinar las divisiones inferiores del plantel “morlaco”. Su gran oportunidad estaba por llegar, luego de doce años de preparación.
El Deportivo Cuenca de Paúl Vélez
En la temporada 2008, tras un desastroso rendimiento del entrenador argentino Gabriel Perrone, la directiva del conjunto cuencano se decantó por Paúl Vélez para afrontar lo que restaba del año. Los resultados son inmediatos. Tercer lugar en la liguilla de aquel año, superado solo por Liga de Quito y Deportivo Quito (campeón de ese año). Logro que otorgara a los “morlacos” un cupo a la Copa Libertadores de 2009.
Otro desastre argentino provocó la vuelta de Vélez
Con nuevas metas por delante, la directiva del club decidió contratar al director técnico argentino Guillermo Duró. Sin embargo, su proyecto e ideas no prosperaron y a mitad de año fue despedido. Nuevamente, Vélez (que fue nombrado como asistente a inicios de año) se hacía cargo del equipo aunque esta vez con éxitos mayores para su carrera.
Con 37 años cumplidos, el estratega ecuatoriano lograba el quinto subcampeonato para Deportivo Cuenca. En esa temporada el equipo de Vélez sucumbió ante Deportivo Quito por un marcador global de 4-3 en el Estadio Olímpico Atahualpa.
A raíz de esto, la directiva del equipo confió en la capacidad del joven entrenador para dirigir a los “morlacos” durante dos temporadas más tiempo en que finalizará el idilio entre ambas partes.
Cinco años entre la Serie A y B
Radicado en Ambato, Vélez acepta la oferta de Técnico Universitario con el objetivo de conseguir el ascenso a la Serie A del fútbol nacional. Le tomó dos temporadas para conseguirlo en condición de campeón durante 2011. Su desempeño: 26 victorias, 9 empates y 7 derrotas para un total de 87 puntos.
Con el objetivo cumplido, llegó el momento de nuevos retos. Esta vez con Liga de Loja, Paúl Vélez se mantuvo dos temporadas en las que su nombre trascendió a nivel internacional tras notable clasificación para la Copa Sudamericana 2012. Uno de los momentos más interesantes de ese año fue la victoria de los lojanos ante Nacional de Uruguay, equipo al que eliminaron en la segunda fase del certamen.
Las siguientes cuatro temporadas, Vélez tendría una paso de dos años por Técnico Universitario, un año en Deportivo Cuenca y otro en Deportivo Quito. No obstante, el club en el que obtendría los resultados más sobresalientes sería el Macará, institución a la que llegó en 2016.
El estilo Vélez florece en Macará
Con un nuevo reto en la Serie B, en la temporada 2016 Paúl Vélez repite título de campeón en esta categoría. 84 puntos conseguidos (24 victorias, 12 empates y 8 derrotas) le dan el aval para coordinar el proyecto de los ambateños en 2017.
En esa temporada el conjunto “celeste” alcanzó su primera clasificación a Copa Libertadores de América. Asimismo, destaca un rendimiento excepcional en el torneo local: 70 puntos y una efectividad del 53%. Su estilo de juego basado en el equilibrio entre ataque y defensa se perfeccionaría en las próximas campañas.
Conseguir resultados a través de cometer la mínima cantidad de errores posibles serán premisas indispensables en su modelo de juego.
Para el 2018, acumuló sus primeros pasos en Copa Libertadores, instancia en la que Macará cayó eliminado en la primera ronda de clasificación a fase de grupos. Sin embargo, los 65 puntos obtenidos tras 44 duelos disputados, le sirvió a los “celestes” para obtener un cupo en la Copa Sudamericana del siguiente año.
En 2019, además de los encuentros jugados en el marco internacional, el equipo de Vélez facturó un racha de 21 encuentros sin perder además de una efectividad del 65%, luego de conseguir 66 puntos en 35 partidos jugados.
Pese a contar con el mejor rendimiento entre los equipos de la Serie A, durante la fase de semifinales de los Play-Off’s de esa campaña, Macará cayó ante Delfín (que sería campeón).
Al cierre de 2020, Macará alcanzó 44 puntos en 30 cotejos por Serie A. Suficiente para alcanzar un nuevo cupo para la Copa Sudamericana 2021. Pero, también destaca un logro superior a los resultados. Y es que luego de cuatro temporadas, el estilo de juego de Macará se ha afianzado como un modelo capaz de conseguir resultados y objetivos que han elevado el rendimiento competitivo de sus jugadores.
Un técnico con adaptabilidad
El tiempo de Paúl Vélez en Macará llegó a su fin. Pese a las críticas de algunos aficionados ambateños a causa del estilo de juego del cuencano, lo cierto es que durante 208 partidos en la “casa celeste”, consiguió 96 triunfos, 61 empates y 51 derrotas. 349 puntos para una efectividad de 56% en los últimos cinco años.
El secreto de Paúl Vélez radica en un concepto ampliamente divulgado por entrenadores como el portugués José Mourinho. Se trata de la adaptabilidad. “Los jugadores no deben adaptarse al estilo de un entrenador, más bien este último debe adaptarse a sus jugadores” sentenció el ex entrenador del Real Madrid, cuando le preguntaron por los aspectos más difíciles al frente del banquillo de un equipo.
Una característica que ha sido bien explotada por Paúl Vélez, quien en más de dos décadas se ha adaptado a diversas situaciones en distintas categorías del fútbol nacional. Capaz de potenciar las habilidades de sus futbolistas y de crear sistemas defensivos lo suficientemente efectivos para cosechar puntos en condición de local y visitante.
La última meta de Paúl Vélez por cumplir en el torneo nacional es el título de campeón. Objetivo que tratará de alcanzar en 2021 con el Delfín de Manta, en un contexto difícil a nivel económico y futbolístico. En una situación en la que solo el que mejor sepa adaptarse podrá llegar lejos.