Quito, 25 dic (La Calle). – Ecuador tiene un 2021 más que desafiante. Como si este año que termina hubiera sido poco, en medio de una crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19, la caída de los precios del petróleo, y las políticas económicas del gobierno de Lenín Moreno, nuestro país celebrará unas elecciones clave en las que se prevé un aumento de la división política.
Los ecuatorianos acudirán a las urnas el 7 de febrero para elegir al sucesor del presidente Lenín Moreno; pero también a los nuevos miembros de la Asamblea Nacional, que tendrá un rol clave.
Expertos pronostican que el órgano legislativo de 137 bancas quedará muy fragmentado; por lo que en el próximo período podrían repetirse problemas de gobernabilidad, como los que en el pasado llevaron a varios presidentes abandonar su cargo en pleno mandato.
“Es muy probable que haya segunda vuelta electoral pues no habrá un candidato que arrase en la elección, lo que significa que ningún partido político tendrá mayoría plena en el legislativo; será un Congreso bastante fragmentado”.
COMENTA EL PROFESOR FRANKLIN RAMÍREZ, INVESTIGADOR DEL DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS POLÍTICOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES (FLACSO), A SPUTNIK
Politólogos locales prevén que el movimiento político de la Revolución Ciudadana y sus aliados tendrán la bancada más grande; pero no una mayoría absoluta, por lo que deberán recurrir a alianzas para sacar adelante sus proyectos.
Alrededor de 16 candidatos presidenciales terciarán en las elecciones de febrero; pero de ellos, según las encuestadoras locales, solo tres tienen posibilidades reales de llegar al cargo.
Se trata de:
- Andrés Arauz, del frente Unión por la Esperanza UNES.
- Guillermo Lasso, del Movimiento CREO.
- Yaku Pérez, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik.
Polarización
Los comicios se realizan además en medio de una crisis económica y de la creciente impopularidad de los acuerdos entre Ecuador, representado por el Gobierno de Moreno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya en 2019 habían motivado protestas.
El Gobierno de Moreno, para cumplir con lo pactado con el FMI, eliminó el subsidio que por décadas permitió reducir el costo de la gasolina, y anunció reformas laborales y tributarias.
Según el último acuerdo con el organismo multilateral, suscrito en septiembre, Ecuador recibirá un préstamo de un total de 6.500 millones de dólares a 27 meses, de los cuales ya se desembolsaron 2.000 millones.
“Va a llegar un momento en que la gente va a salir a las calles porque el problema para países pobres como el nuestro es o la pandemia o el hambre. El problema económico se va a sentir el próximo año y la gente va a salir a protestar”.
ALERTÓ EN DIÁLOGO CON SPUTNIK LA ANALISTA NATALIA SIERRA, CATEDRÁTICA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR.
Parece un hecho que quien gane no tendrá un Parlamento a favor; por lo que el frente político de la nueva Administración será vital para concretar las alianzas que garanticen gobernabilidad.
Pero lograr alianzas también será complicado en una legislatura en la que primarán pequeños bloques.
‘Muerte cruzada’
Según Ramírez, concretar alianzas legislativas será más complicado para el correísmo si llega a la presidencia; por lo que podría acudir la figura de la ‘muerte cruzada’.
La ‘muerte cruzada’ es una figura jurídica que otorga al Ejecutivo la facultad de disolver el Legislativo en determinados casos, con la obligatoriedad de convocar a nuevas elecciones, tanto presidenciales como parlamentarias, pero el mandatario en funciones puede volver a candidatearse.
“Veo en el escenario de un triunfo de Arauz un Congreso totalmente opuesto, en el que puede darse un escenario de ‘muerte cruzada’; el panorama puede ser distinto con Pérez o Lasso, que pueden tener más margen de maniobra para pactar entre sí y con otras fuerzas, del centro a la derecha”.
DESTACA RAMÍREZ.
La dureza de la crisis económica, sin mayores proyecciones de que el precio del petróleo se recupere, hace prever que solo se podrán encontrar soluciones con acuerdos políticos fuertes.
Sin esos acuerdos, el escenario de inestabilidad podría presentarse más temprano que tarde.