Génesis Gómez, redactora
Quito 16 de dic (La Calle).- El sistema de “código de respuesta rápida” o código QR permite almacenar datos codificados que se enlazan a un sitio web. Durante la pandemia se incrementó el uso de esta herramienta para interactuar con las personas sin la necesidad de mantener contacto físico. Estos códigos no solo se utilizan en negocios para mantener el distanciamiento, ahora el ministro Zevallos plantea la posibilidad de recolectar los datos de los ciudadanos para autorizar la vacuna mediante este método.
De acuerdo a las declaraciones del funcionario, este código contendrá la información del ciudadano o ciudadana interesada en acceder a la vacuna. A nivel nacional cada punto de vacunación requiere de un lector de código QR para verificar a los ciudadanos que son aptos para medicarse.
En este caso, los menores de edad no necesitarán un código QR. Es por ello que las vacunas están destinadas al 60% de la población, según Zevallos. “Los niños no deben vacunarse y no es que no tengamos recursos, es que no hay las pruebas suficientes para evidenciar seguridad y eficacia”, dijo.
Este código de barras bidimensional no es legible al ojo humano. Para escanear la información se necesita de un celular o un dispositivo que pueda realizar una lectura del código en cuestión de segundos. En caso de errores, la lectura también funciona si falta alguna pieza en el código. El código QR puede contener hasta 4.200 caracteres alfanuméricos.
¿Es seguro utilizar el código QR?
China implementó el código este año para establecer “vías rapidas” en la supervisión del estado de salud de los ciudadanos. Cerca de 500 ciudades implementaron el sistema. “Esperamos que más países se sumen a este mecanismo”, mencionó el presidente Xi Jinping.
En noviembre de este año, el mandatario del país asiático propuso este sistema para restituir la movilidad de los pasajeros durante los vuelos internacionales. Ante este proyecto, algunos defensores de derechos humanos consideraron que el código QR puede servir de mecanismo para vigilar a los ciudadanos.
“Con un menú de comida no hay problema, pero sí lo hay con los datos de las personas que tienen un código QR en el teléfono, con su información personal, si este es registrado por las autoridades, como se hace en algunos países asiáticos”, advirtió, Jason Lau, experto en privacidad y profesor de la Universidad Bautista de Hong Kong.