Quito, 01 dic (La Calle). – Hemos leído y escrito tanto sobre España, pero todavía percibimos los silencios de la Guerra Civil y la posguerra. Esa es la impresión que me queda luego de leer Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, un conjunto de relatos cortos que representan cuatro derrotas.
Cada historia tiene un punto de vista distinto y nos muestra una nueva arista desde donde podemos acercarnos a una España desteñida por el hambre y el miedo.
La primera historia se llama “Si el corazón pensara dejaría de latir” y retrata a un desertor del ejército franquista que decide entregarse a los republicanos el mismo día en que Madrid es invadida. “Manuscrito encontrado en el olvido” es el texto más profundo de este conjunto y expresa, a través de un diario personal, la historia de un joven poeta republicano que huye con su novia embarazada. Se trata de una exploración del tema de la fuerza humana, la paciencia y la voluntad, ya que este poeta-niño queda a cargo de su bebé recién nacido mientras se refugia del invierno y del ejército.
El cuento “El idioma de los muertos” retoma el tema de los vencidos a través de la voz de un preso que alarga su sentencia a muerte porque, por casualidad, conoció al hijo de su verdugo. El preso intenta ganar más tiempo entre los vivos aunque reconoce que la derrota puede ser más honesta.
El último relato se llama “Los girasoles ciegos” y nos habla de una familia compuesta por una madre, un hijo pequeño y su padre que debe vivir oculto en el armario porque todos creen que está muerto. Este relato polifónico involucra el papel de la Iglesia a través de un personaje cura que intenta seducir a la madre. En este cuento nos encontramos con un sentimiento de desazón.
Este es el único libro que publicó Méndez pero sus historias son tan complejas y conmovedoras que resuenan como una obra completa que, en la actualidad, nos muestra el panorama de una España silenciada. No sabemos si estos relatos son reales, aunque estamos seguros de que son ciertos.