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Así el rechazo a Romo se convirtió en 75 votos para María Alejandra Muñoz

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Quito, 18 jul (La Calle).-Con dos votaciones fallidas como preámbulo, eran pocos los que esperaban que María Alejandra Muñoz, una  abogada guayaquileña de 41 años, quien además tiene una licenciatura de Ciencias Sociales y Políticas, alcanzara los 75 votos  que la convertirían en la cuarta vicepresidenta del régimen de Lenín Moreno.

18 horas después de la elección, el asambleísta de la Revolución Ciudadana, Juan Cristóbal Lloret explicó que se tomó la decisión sobre la marcha. “Nuestra posición era el rechazo a la terna, sin embargo, teníamos claro que Litardo (Presidente de la Asamblea) quería dejar pasar el tiempo y permitir que María Paula Romo se convierta en vicepresidenta por el Ministerio de la Ley”.

Fue entonces que la bancada de la Revolución Ciudadana optó por apoyar a Muñoz, lo que explica la demora en consignar los votos al inicio de la tercera votación. Lentamente aparecieron en la pantalla de la transmisión oficial de la sesión 667 esos respaldos. El ala izquierda del semicírculo de la Asamblea Nacional se tiñó de verde y, enseguida, otros asambleístas, inclusive de Alianza País fueron plegando a favor de Muñoz.  Algunos como Elizabeth Cabezas, Ximena Peña y Esteban Albornoz, que no votaron por Romo, sí lo hicieron por la tercera de la terna. Cabezas, Peña y Albornoz, cada uno con diferente historial político, registran encuentros o desencuentros con María Paula Romo, que explican de sobra su votación.

El respaldo a Muñoz subía de forma notoria, restaban pocos votos para llegar a 70 necesarios, aunque parecía que a los 68 había llegado a su techo. Los últimos siete votos a favor de Muñoz, llegaron en un empujón final.

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 “Sostuvimos conversaciones anteriores tanto Roberto Gómez como con Lourdes Cuesta (Independientes) para contar con su apoyo para devolver la terna”, afirmó Lloret, estos asambleístas, pudieron ser vitales para agregar los votos restantes.

 El último en expresarse a favor de la ex directora general del Servicio  Nacional de Aduana del Ecuador (SENAE), fue Héctor Yépez, quien un día antes, detalló en Radio La Calle, su posición: Yépez se mantendría fiel a la lógica partidista de Creo, es decir optaría por la devolución de la terna o la abstención, sin embargo, ya en la votación aplastó el botón a favor de Muñoz. Su voluntad fue la última en ser registrada por la Secretaría General de la Asamblea y por el sistema de voto automático. Ese mismo 17 de julio, Yépez grabó un video, en el que explica su postura. “Hoy no me voy a prestar, ni directa, ni indirectamente para que la señora María Paula Romo, llegue sea por votos o por la ventana a la vicepresidencia de la República del Ecuador, por eso mis opciones son rechazar la terna planteada por el Gobierno o incluso analizar votar por la tercera de terna, que no tiene cuestionamientos”.

Fue de esa forma, algo imprevista y accidentada, que Muñoz alcanzó la vicepresidencia, algo que celebró en su círculo político más cercano: Roldán y Romo.  

Para Lloret, la estrategia de la Revolución Ciudadadana para evitar que Romo sea vicepresidenta de la República fue exitosa, a la vez, se evitó la consolidación de una estrategia de impunidad. “Evitamos la clara intención del círculo de reparto, que ahora quedó en evidencia, pues quienes votaron por ella (Romo) a sabiendas de que iba a perder, lo hicieron con la intención de congraciarse”.