Colapso de la cedulación: turnos agotados, filas y mafias tras el Registro Civil

Quito, 23 jun (La Calle).- El sistema de agendamiento de la cédula en el Registro Civil de Quito se encuentra colapsado en 2025. Los ciudadanos llevan semanas intentando conseguir una cita sin éxito. En la capital, no hay turnos disponibles para cedulación desde mediados de mayo hasta finales de agosto, con espacios recién a partir de septiembre.

La plataforma virtual del Registro Civil permanece saturada constantemente, impidiendo a los usuarios agendar sus trámites. Esto ha llevado a una oleada de reclamos en redes sociales y a que muchas personas califiquen de “imposible” la tarea de obtener una cédula en el plazo que antes tomaba apenas unas horas. La situación es similar en otras provincias como Guayas, Imbabura o Azuay, con citas agotadas durante tres meses o más. Las autoridades admiten que habilitan nuevos cupos de forma progresiva cada mes, pero la demanda es tan alta que se agotan en minutos, prolongando la espera por tres a cuatro meses para miles de ciudadanos.

Largas filas fuera del Registro Civil de Quito evidencian la desesperación de usuarios sin turno en 2025.

Las consecuencias de este colapso afectan trámites básicos y urgentes. Estudiantes han tenido problemas para matricularse sin cédula vigente; viajeros y migrantes retrasan sus planes por falta de pasaporte (que tampoco se puede obtener sin la cédula al día); incluso gestiones cotidianas como abrir cuentas bancarias o acceder a servicios de salud se ven obstaculizadas.

“Lamentablemente, la cédula se necesita para cualquier actividad… muchos usuarios que llegamos hoy nos encontramos con que no hay turnos”, lamentó un quiteño tras acudir infructuosamente a una oficina del Registro Civil.

Al pedir explicaciones, los funcionarios no le dieron ninguna razón del retraso. Paradójicamente, periodistas constataron que en la principal agencia de Quito no había gran afluencia de personas en sala de espera, evidenciando que el problema no es la falta de capacidad de atención en mostrador sino la imposibilidad de agendar citas.

Indignación ciudadana: testimonios en X de esperas y frustración

La crisis desató indignación en redes sociales, especialmente en la plataforma X (antes Twitter), donde numerosos usuarios han compartido su experiencia y dirigido reclamos a las autoridades. “En Quito, no hay turnos para sacar la cédula desde hace más de tres meses”, protestó un usuario identificado como Wilber Ortiz en su cuenta.

Otra ciudadana, Alma Mía, también subió en su cuenta el video que mostraba una larga fila a las afueras del Registro Civil, haciendo una comparación con la fila para la entrada a un estadio.

Otro ciudadano, Santiago Vega, pidió la intervención del gobierno y cuestionó la incompetencia del Registro Civil: “Por favor intervengan… retrocedimos 20 años, yo tengo turno para julio, no puede ser tanta incompetencia”. Los testimonios reflejan la desesperación de quienes llevan meses esperando: hay casos de personas que reservaron su cita en abril o mayo y deberán aguardar hasta julio o agosto para ser atendidas.

En redes también circulan anécdotas que combinan frustración e incredulidad. Un usuario contó que fue personalmente a una agencia de Quito y la encontró casi vacía, pero aun así no le dieron un turno antes de agosto: “Fui al Registro Civil y estaba vacío. Pregunto para cuándo hay turnos y me contestan que por seguridad no me pueden decir. Casi me da algo. Paren la corrupción, se burlan de la gente. Terrible es el nuevo Ecuador”, escribió Juan Hidrovo en su publicación viral. Estas denuncias de ciudadanos describen una sensación de burla e indefensión, al ver oficinas semidesiertas mientras el sistema en línea muestra “sin disponibilidad” por meses.

La conversación digital también dejó en evidencia la pérdida de confianza en la entidad.

“Nos encontramos con que no hay turnos… nos dicen que esperemos hasta agosto”, relató otro afectado el 9 de mayo, día en que decenas acudieron a la matriz del Registro Civil en Quito con la esperanza de una cancelación o espacio libre. Todos salieron con las manos vacías. “No puede ser que un documento tan común, que hace semanas se entregaba en horas, ahora sea casi imposible obtenerlo”, criticó Jenniffer Argudo, quien lleva tres meses intentando renovar su cédula tras un divorcio, con su documento anterior perforado e inválido.

Turnos “vendidos”: tramitadores, bots y mafias en la sombra

A la par de la escasez oficial de citas, ha florecido un mercado negro de turnos. Usuarios denuncian que tramitadores informales ofrecen citas “inmediatas” para cedulación a cambio de pagos de entre USD 20 y 60. Estos gestores publicitan sus servicios en redes sociales y hasta en las afueras de las oficinas, prometiendo conseguir en 24-48 horas lo que en la vía regular tardaría meses. De hecho, mientras el Registro Civil da citas para tres meses después, “en redes sociales se ofertan turnos inmediatos por hasta USD 60”, reportó Ecuavisa al cubrir este fenómeno.

Tal situación ha desatado acusaciones de corrupción: muchos creen que estas mafias de turnos operan con complicidad interna. “Controlen la mafia de los turnos. Los tramitadores por 30 dólares consiguen cita enseguida, en complicidad con los mismos empleados, ya basta de esa mafia, pongan orden casa adentro”, exigió indignado otro internauta en X.

La frase resume el sentir general hacia el Registro Civil

La gente sospecha que empleados o exfuncionarios podrían estar acaparando los cupos en el sistema (incluso mediante bots automatizados que reservaban todos los espacios disponibles) para luego lucrar vendiéndolos. No sería la primera vez que algo así ocurre; el propio Registro Civil reconoció que detectó un “ciberataque” de bots que se apoderaban de los turnos en línea, problema que aseguran haber logrado controlar recientemente.

Las autoridades inicialmente atribuyeron el acaparamiento de citas a redes externas de tramitadores. Entre enero y marzo de 2025, el Registro Civil realizó 61 operativos policiales contra estas mafias, especialmente en Quito, Guayaquil, Cuenca y otras 19 ciudades, deteniendo a 13 personas y clausurando cuatro locales que vendían turnos ilegalmente.

En 2024 ya se habían efectuado 34 operativos similares con 18 detenidos.

“Seguiremos fortaleciendo controles… para garantizar un servicio transparente y seguro”, declaró en abril Ottón Rivadeneira, director general de la institución, destacando su determinación de erradicar la corrupción dentro y fuera del Registro Civil. Incluso invitó a la ciudadanía a denunciar a cualquier funcionario que le “haga un ofrecimiento inadecuado” o pida dinero por agilitar trámites, habilitando el correo somos.eticos@registrocivil.gob.ec para estos reportes.

Sin embargo, con el paso de las semanas quedó en evidencia que también había podredumbre interna. El 13 de mayo, el propio Rivadeneira admitió públicamente que “sí hay mafias internas” operando en la institución. Reveló que esas redes vienen siendo investigadas desde 2024 y que 42 funcionarios del Registro Civil fueron separados de sus cargos por presunta participación en actos de corrupción. Además, identificaron al menos tres agencias (oficinas) donde empleados coludidos con tramitadores realizaban “actos irregulares” para favorecer la venta de turnos.

Estas declaraciones confirman que la crisis no es solo de demanda excedida, sino también de corrupción: cupos deliberadamente desviados o vendidos al mejor postor, en perjuicio de la ciudadanía honesta.

Oficinas vacías, atrasos y falta de material: las causas del caos del Registro Civil

El panorama diario en las agencias del Registro Civil combina imágenes contradictorias: salas de espera semivacías y usuarios en cola afuera sin poder entrar. En Quito, periodistas observaron puestos de atención vacíos y empleados ociosos, a la vez que unos pocos ciudadanos deambulaban confundidos preguntándose por qué no podían obtener una cédula que hasta hace poco se entregaba en el mismo día.

En la agencia matriz capitalina, apenas unas cuantas personas llegaron sin turno y no hallaban explicación a esta situación inédita. Lo mismo ocurrió en provincias: en Latacunga (Cotopaxi), de ocho cubículos para cedulación solo tres tenían funcionarios y cinco permanecían vacíos, con lo cual apenas atendieron a cinco ciudadanos en toda una tarde.

Esos pocos afortunados tenían turnos agendados con tres meses de antelación y, aun así, al presentarse no recibieron su cédula: “Yo ya saqué la cédula el 23 de abril y dicen que no hay material, protestó Martha Robalino al salir sin su documento. Historias similares se repiten en Quito y Guayaquil, donde incluso quienes lograron realizar el trámite de captura de datos deben luego regresar varias semanas después por la entrega, debido a retrasos en la impresión de la cédula física.

La versión de “no hay material” se convirtió en la explicación extraoficial de muchos funcionarios de ventanilla en el Registro Civil.

Usuarios en espera han contado que empleados del Registro Civil les han confesado que no hay suficientes carnés plásticos ni chips para personalizar las cédulas. Sin embargo, el proveedor oficial de esos insumos lo desmiente. El Instituto Geográfico Militar (IGM), entidad que fabrica las libretas de pasaporte y tarjetas de cédula, aseguró que ha cumplido puntualmente –incluso por adelantado– con la entrega del material solicitado por el Registro Civil. Esta contradicción sugiere problemas de gestión interna: tal vez un cuello de botella en la distribución de las tarjetas a las agencias, o lotes de cédulas pendientes de recojo.

Otro factor crítico es la capacidad técnica insuficiente. Aunque Ecuador tiene 224 oficinas de Registro Civil, solo 42 agencias cuentan con impresoras de cédulas operativas. Esto significa que incluso atendiendo a un ciudadano a la vez por máquina, muchas provincias deben esperar envíos desde ciudades mayores. Rivadeneira reconoció que faltan equipos de impresión y que ampliar esa cobertura “tomará más tiempo” y recursos.

A esto se suma la falta de personal e infraestructura acumulada en años recientes

Un informe de la Defensoría del Pueblo reveló que en 2023 se atendió a 2,5 millones de usuarios, pero la capacidad instalada no creció al mismo ritmo, quedando el sistema desbordado. La digitalización de las citas (implementada en 2021) tampoco resolvió el problema; por el contrario, fallas técnicas frecuentes y caídas de la plataforma en provincias grandes como Pichincha y Guayas agravaron la situación. En resumen, demanda excepcionalmente alta, sumada a recursos limitados y posibles sabotajes internos, derivaron en un cóctel que ha paralizado el servicio de cedulación.

La respuesta oficial: entre promesas, prórrogas y operativos de emergencia

Frente al escándalo público, las autoridades del Registro Civil han tomado medidas de contención mientras buscan soluciones de fondo. Una de las primeras acciones fue extender la vigencia de las cédulas caducadas para mitigar el impacto. Mediante resolución oficial, se dispuso que todas las cédulas expiradas serían válidas como identificación hasta el 23 de junio de 2025.

Esto permite a los ciudadanos seguir usando su vieja cédula en trámites públicos y privados, bajo el argumento del derecho a la identidad y para evitar que la paralización de turnos afecte su vida cotidiana. Adicionalmente, el Registro Civil recordó que cualquier persona (ecuatorianos o extranjeros residiendo en el país) puede obtener en línea un Certificado de Identidad y Estado Civil –un documento digital con fotografía y datos personales– que tendrá la misma validez legal que la cédula durante este periodo de contingencia.

Dicho certificado se descarga de la Agencia Virtual (plataforma web institucional) por un costo de USD 5 y se emite en el día. “Las instituciones públicas y privadas deberán aceptar las cédulas caducadas o el certificado… como medios válidos de identificación”, enfatizó el Registro Civil al anunciar esta alternativa. Esta disposición, aunque necesaria, implicó costos y trámites adicionales para los usuarios. “No entiendo por qué sí entregan el certificado el mismo día y no pueden entregar la cédula… Me toca pagar por el certificado y pagar por la cédula, y hacer doble trámite”, reclamó una ciudadana al tener que gastar dinero extra en el certificado por la demora de su cédula.

En paralelo, la institución ha puesto en marcha jornadas extraordinarias de atención en el Registro Civil para aliviar el rezago.

El 31 de mayo, por ejemplo, se abrió una atención especial un día sábado en 39 agencias del país, incluido Quito, en horario extendido de 08h00 a 14h00. Para esa fecha se habilitaron turnos adicionales y se permitió que personas de grupos vulnerables (tercera edad, niños, discapacitados, mujeres embarazadas) acudan sin agendar cita previa.

Según cifras oficiales, hasta siete jornadas extraordinarias se han realizado en lo que va de 2025 (incluyendo algunas antes de elecciones y en feriados), logrando entregar 123.741 cédulas adicionales en esas sesiones especiales –un récord histórico para la entidad. “La ampliación de turnos y esta jornada extraordinaria reflejan nuestra responsabilidad y empatía con la ciudadanía”, declaró Rivadeneira, recalcando que es la primera vez que un Gobierno implementa operativos sostenidos de cedulación en fines de semana. Pese a ello, reconoció que la alta demanda persiste y obliga a seguir buscando salidas creativas.

El Registro Civil insiste en que sus 224 oficinas “atienden con normalidad” en todos los servicios mientras dure la crisis de cédulas. Informa que de enero a abril de 2025 se han emitido 837.904 cédulas a nivel nacional, cumpliendo con el promedio histórico mensual de producción. Detrás de esta cifra, no obstante, subyace un enorme rezago: son decenas de miles los ciudadanos que siguen esperando su turno o la entrega de su documento.

El propio director ofreció a mediados de mayo que el proceso se normalizaría “en una semana”, algo que claramente no sucedió en ese lapso. Ahora, con nuevas autoridades de gobierno desde finales de mayo, la expectativa ciudadana es de soluciones de fondo inmediatas.

El Registro Civil asegura estar “combatiendo” a los tramitadores y mafias

Menciona que ha coordinado operativos policiales continuos para desarticular estas redes, como se detalló antes. Asimismo, afirma que seguirá liberando nuevos cupos progresivamente en su Agencia Virtual y que la atención a quienes ya pagaron y tienen turno está garantizada. Pero mientras esas promesas se concretan, la realidad es que obtener una cédula en Quito se ha vuelto una odisea.

Miles de personas continúan madrugando frente a una computadora con la esperanza de un turno, o haciendo fila fuera de oficinas con la ilusión de una cancelación de último minuto, en un vía crucis burocrático que expone las falencias de un sistema al borde del colapso.

Las voces en redes y en la calle coinciden en el clamor: que se acaben las mafias, que se amplíe la capacidad operativa y que el derecho a la identidad no siga dependiendo de “palancas” o pagos bajo la mesa, sino de un servicio público eficiente, transparente y verdaderamente al servicio de la gente