Quito, 15 may (La Calle).- La primera sesión de la Asamblea Nacional 2025-2029 quedó marcada por un terremoto político: al menos ocho legisladores de Revolución Ciudadana (RC), Pachakutik y el Partido Social Cristiano (PSC) cambiaron de bancada o votaron con el oficialismo para respaldar la elección de autoridades, evidenciando una reconfiguración de fuerzas que beneficia al movimiento oficialista.
Mónica Salazar, exmiembro de RC, fue la figura más controversial al asumir la tercera vocalía del Consejo de Administración Legislativa (CAL) con 77 votos tras unirse a ADN. Su salida de la RC en abril —denunciando «clasismo» y exclusión— culminó con su adhesión pública al oficialismo, mediada por el ministro de Gobierno, José De La Gasca. «Ella formalizó su compromiso con las prioridades nacionales», declaró el funcionario.
Pero no fue la única: Samuel Célleri desertó durante la sesión para unirse a ADN y ocupar la segunda vocalía del CAL sin consultar a su partido, ni recibir su respaldo. Esta acción generó el repudio de la prefecta de Esmeraldas, Roberta Zambrano (PSC), quien anunció el cierre de su provincia a los socialcristianos: «Me da vergüenza su actitud contra Célleri», afirmó.
A estos se sumaron seis asambleístas de Pachakutik, quienes votaron con ADN para elegir a Niels Olsen (oficialista) como presidente del Legislativo. El movimiento indígena los tildó de «extraviados políticos» en un duro comunicado, aunque sin expulsarlos formalmente: «Esperamos que recapaciten», señalaron.
Monopolio de poder
ADN sumó apoyos clave para monopolizar su poder en la Asamblea. Con los votos de desertores y aliados, el oficialismo logró controlar el CAL luego de la primera sesión.
- Presidente: Niels Olsen (ADN).
- Vicepresidentas: Mishel Mancheno (ADN) y Carmen Tiupul (Pachakutik).
- Vocales: Sade Fritschi (ADN), Mónica Salazar (exRC), Samuel Celleri (exPSC) y Steven Ordóñez (aliado SUR-ADN).
El próximo 16 de mayo se conformarán las 15 comisiones especializadas de la Asamblea Nacional para el tratamiento de leyes y reformas en camino desde el Ejecutivo. Con una mayoría en el Legislativo, el gobierno pone en pausa la idea de una Constituyente.