Desde las cálidas calles de Quinindé, Esmeraldas, hasta las noches estelares de la UEFA Champions League, la historia de William Pacho no es solo la de un futbolista excepcional, sino la de un joven que desafió el dolor, la distancia y la adversidad para alcanzar la cima del fútbol mundial.
EL INICIO
A temprana edad, migró junto a su familia a Quito en busca de oportunidades. En la capital, su talento comenzó a florecer en las formativas de Independiente del Valle, donde fue moldeando su identidad como defensor central: disciplinado, fuerte y con una madurez que sorprendía a todos. Su primer gran hito llegó como parte de la histórica generación que conquistó la Copa Libertadores Sub-20 en 2020, marcando el inicio de una camada dorada que transformaría el fútbol ecuatoriano.

Pero mientras avanzaba en el fútbol, la vida le golpeó fuerte. Perdió a su madre, un dolor profundo que lo marcó para siempre. A eso se sumó una lesión que frenó su ascenso, pero también le enseñó a resistir, a enfocarse, a crecer.
DEBUT
Su debut profesional con Independiente del Valle fue solo el primer paso. En 2022, cruzó el Atlántico para unirse al Royal Antwerp de Bélgica, donde se convirtió en titular, ganó títulos y se consolidó como uno de los defensores más prometedores de Europa. Su siguiente destino fue la Bundesliga, con el Eintracht Frankfurt, donde enfrentó a los mejores y respondió con categoría. Su rendimiento lo llevó al Paris Saint-Germain, uno de los clubes más grandes del mundo. En París, rodeado de figuras mundiales, Pacho no se achicó: se ganó un lugar, compitió al más alto nivel y escribió una nueva página dorada en su carrera.

LA GLORIA
Hoy, William Pacho hace historia al convertirse en el segundo ecuatoriano en llegar a una final de la UEFA Champions League, tras Antonio Valencia. Pero su camino es distinto: marcado por la pérdida, el esfuerzo silencioso, la constancia. No solo ha triunfado en Europa, también se ha convertido en referente en la selección ecuatoriana, donde es titular indiscutible en una de las defensas más sólidas de Sudamérica. Bajo el mando de Sebastián Beccacece, Pacho ha sido clave en el orden y la solidez del equipo, combinando su temple con una lectura táctica excepcional.
A sus 23 años, William Pacho representa mucho más que talento: encarna la resiliencia de un país que sueña, lucha y se levanta. Su historia es un espejo para miles de jóvenes que ven en él la prueba de que sí se puede.