Viviana Veloz, su voz es la voz de miles de mujeres – Opinión

Alexis Ponce
Por: Alexis Ponce

Conmovedor y durísimo testimonio el que escuché a Viviana Veloz, Presidenta de la Asamblea Nacional Legislativa, en la audiencia de cargos del martes 7 de enero del 2024 contra el periodista-troll José Najas, coautor de vídeos pornográficos falsos en su contra y de acusaciones denigrantes a su condición de mujer y política de oposición a la rancia oligarquía local, mientras ella lideraba el juicio político al ex presidente del país Guillermo Lasso.  Nada menos.

La opinión pública desconoce los pérfidos detalles y consecuencias terribles de las operaciones sucias que en el mundo digital hicieron, por dinero, los mal llamados “periodistas de investigación” de extrema derecha: el ya fallecido Fernando Villavicencio (+) jefe de una colosal cloaca digital de topos y trolls, y junto a él, Najas, Puertas y otros, cuyos chats expuestos por La Posta, develaron la ruin estrategia ejecutada.

Comencé a oír su voz en el audio de presentación como demandante, y siendo un hombre de casi seis décadas, no pude frenar mis lágrimas, escuchando el testimonio de Viviana Veloz, joven asambleísta ecuatoriana y Presidenta de la Asamblea Nacional Legislativa. Su testimonio debería ser conocido por el país y, en especial, llevar a pronunciamientos claros a las organizaciones políticas, sociales, civiles, de derechos humanos y de mujeres.

En su voz que se quiebra, pero continúa testimoniando al juez, están las voces de todas las mujeres, víctimas de estos actos delincuenciales de ciber-violencia y acoso digital, cometidos contra Ella y centenares de mujeres del Ecuador por pertenecer a otras corrientes ideológicas y filosofías políticas, en un país al que estos individuos, llevaron a profesar la militancia del Odio a escala nunca antes vista en la historia nacional. Lean el testimonio de Viviana Veloz, conmuévanse, aunque no se les corran lágrimas. Aquí el fragmento aludido:

“No solamente señor juez fue lo que hoy se ha revelado: la fabricación de videos pornográficos, en los que claramente no soy yo, sino incluso el quererme vincular en relaciones con terceros, porque la acción del denunciado condujo también a que otros pinten masivamente las calles de Quito en mi contra: “Viviana Veloz acosadora” y otras palabras que no voy a repetir porque son lacerantes para mí. Pintaron grafitis en las calles públicas, cerca de la Asamblea, de la Fiscalía y de mi casa. Porque lo que desencadenaron en el ecosistema digital también derivó en amenazas de muerte, e incluso a que la ciudadanía crea que esas infamias eran algo real, y no solo me toparon a mí, sino que también ese ataque llegó a mi hija porque lo que orquestaron derivó a que otras cuentas hagan lo mismo. Incluso en una prestigiosa universidad de este país una docente le dijo a mi hija en clases, y eso está grabado señor juez, porque los denunciados decían que yo era una prostituta, -por ese video pornográfico-, a mi hija en clase, en aula, la profesora Alegría Donoso le dijo “tu mamá, la Presidenta de la Asamblea, es una prostituta”, eso está grabado, esa profesora le dijo eso a mi hija, y eso no puede vivir ninguna mujer, ni política ni no política en este país, señor juez, y ninguno de nuestros familiares tiene que pagar esas consecuencias tan solo por estar en la vida política, ser incómodas al poder de turno y no silenciarnos ante actos que van en contra de los derechos de la gente.”

Viviana es valiente, la conozco más cerca desde el mes de octubre del 2024 en que se posesionó como Presidenta de la Asamblea cumpliendo un trabajo de vértigo que hace honor a su apellido. Su lucha es tan justa, que vale la pena correr su suerte. En este caso, exigiendo a la autoridad que tiene en sus manos un caso histórico, que cumpla su rol, porque puede poner fin a la más impune realidad de odio en el mundo digital.  Hasta tanto, apoyar su querella es lo que corresponde hacer a toda persona con ética. Porque ella ha llevado por vez primera en la Historia del país, y eso es elocuente, al banquillo de los acusados, a trolls y topos que ganan dinero levantando el odio más vil y la más canalla basura sin haber sido nunca objeto de un pequeño llamado de atención, peor de una sanción legal como la merecen.

Ya consiguió dos consecuencias impresionantes: el ver ahí mismo, en la diligencia, apagado, al coautor de miserias humanas repugnantes vividas en democracia, balbuceando que “él no fue, que es solidario con los derechos de las mujeres”. Y el saber horas más tarde, que la Universidad expuesta por Viviana en su duro testimonio, es la UDLA que, obligada por la situación, publicó un comunicado oficial en las redes citando que “la docente” Alegría Donoso fue separada del cargo en su momento, cuando las autoridades fueron informadas de tal situación.

Y ahora cáiganse, porque todo finalmente nos lleva, por caprichoso azar, a los círculos concéntricos del odio. Resulta que la docente sancionada con la separación del puesto, por la vileza de odio cometida contra la hija de Viviana Veloz y ella misma; es… la esposa… de… el periodista… Jorge Ortiz, odiador de la Revolución Ciudadana y de todo lo que huela a izquierda en este mundo durante décadas.

Viviana ha logrado lo impensable: que, por vez primera, el Ecuador tenga un Nuremberg de trolls. Y esa es una batalla en la que no podemos dejarla sola.

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