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La descomposición de basura podría producir hasta 17 MW, según EMGIRS

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Quito, 9 oct (La Calle).- El gerente general de la EMGIRS, Santiago Andrade, informó que el Relleno de Sanitario de El Inga genera 5 MW de energía a través de la descomposición de la basura. A partir del 17 de octubre prevén la generación de 9MW con una proyección de 17 MW.

En el marco de la crisis energética, la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS-EP) apuesta por una iniciativa sostenible. En el 2017, el EMGIRS en alianza privada inauguró la Planta de Generación de Energía Eléctrica a partir del Biogás que se genera de la descomposición de la basura de la ciudad.

El objetivo hasta ese momento el objetivo era la generación de 5 MW, sin embargo, después de siete años las expectativas son 17 MW, una cifra mayor en relación a la producción de la barcaza turca de USD 114 millones instalada en el Río Guayas que a mediados de septiembre bajó radicalmente su rendimiento a 12 MW.

¿Cómo funciona este proceso?

Este proceso, conocido como valorización energética de residuos, convierte los desechos sólidos en electricidad mediante métodos como la incineración, la digestión anaerobia y la captura de biogás.

Durante la descomposición de residuos orgánicos —como restos de alimentos y papel— se libera gas metano, que puede aprovecharse para generar energía. En vertederos controlados o plantas de digestión anaeróbica, los residuos se descomponen sin oxígeno. Los microorganismos presentes generan biogás, compuesto principalmente de metano y dióxido de carbono. El metano, un potente gas de efecto invernadero, se captura y, mediante turbinas o motores especiales, se convierte en electricidad.

Otro método ampliamente utilizado es la incineración de residuos, donde la basura se quema en instalaciones especializadas. El calor resultante produce vapor, que mueve una turbina para generar electricidad. Aunque la incineración puede generar controversia por las emisiones contaminantes, las tecnologías de filtrado avanzadas han mejorado su sostenibilidad y reducido su impacto ambiental.

Países que aplican este método

Varios países, especialmente en Europa y Asia, han integrado la valorización energética en sus políticas de gestión de residuos:

  1. Suecia: Se posiciona como líder en esta tecnología. No solo transforma su basura en electricidad, sino que también importa residuos de otros países para alimentar sus plantas de incineración, generando energía para miles de hogares y calefacción urbana.
  2. Alemania: Combina incineración de residuos con la captura de biogás. Equipan sus vertederos con tecnologías avanzadas para recolectar el metano y generar electricidad, mientras que su robusto sistema de reciclaje reduce la cantidad de basura incinerada.
  3. Japón: Al enfrentar limitaciones territoriales ha invertido considerablemente en la incineración de residuos. Sus plantas son algunas de las más eficientes y menos contaminantes del mundo, lo que les permite aprovechar al máximo los desechos.
  4. Estados Unidos: Cuenta con diversas instalaciones en funcionamiento, especialmente en estados como California y Nueva York. Allí se emplea la digestión anaeróbica a gran escala para producir electricidad a partir de residuos orgánicos.
  5. China: Como uno de los mayores generadores de basura en el mundo, ha incrementado el número de plantas de incineración. Con esto reduce la acumulación de residuos y, al mismo tiempo, abastece de energía eléctrica a sus grandes ciudades.

Ventajas y desafíos

Convertir basura en energía no solo reduce la dependencia de combustibles fósiles, sino que también disminuye el volumen de residuos que terminan en los vertederos. Sin embargo, esta solución enfrenta ciertos desafíos.

Los costos iniciales de construcción y mantenimiento de plantas de tratamiento son elevados, y en algunos lugares la infraestructura necesaria para este tipo de gestión de residuos aún resulta insuficiente. Además, aunque la incineración genera debate por su impacto ambiental, las tecnologías más avanzadas han logrado mitigar muchos de estos problemas.

Conforme más países adoptan estrategias sostenibles de manejo de desechos, la valorización energética se consolida como una opción viable y prometedora para un futuro más limpio y eficiente en el uso de recursos.