Quito, 10 jun (La Calle).- El Barómetro de la Confianza Edelman 2024 reveló un alarmante declive en la confianza de las instituciones tradicionales a nivel mundial. Este informe, que ha sido un referente en el análisis de la confianza a nivel público durante los últimos 24 años, muestra que las personas confían más en sus pares que en instituciones como los gobiernos, las empresas y los medios de comunicación.
El informe destaca una profunda desconfianza hacia los gobiernos en todo el mundo, con solo el 51% de los encuestados expresando confianza en sus gobiernos. Este porcentaje es aún más bajo en países como Argentina, con un 21%, y Sudáfrica, con un 29%. La percepción de incompetencia y falta de ética en los gobiernos, sumada a preocupaciones sobre la propagación de información errónea y la falta de regulación de nuevas tecnologías, ha erosionado significativamente la confianza pública en estas instituciones.
¿Qué nos dicen las cifras?
Para el internacionalista Jorge Tapia, “la baja confianza en las instituciones está provocando la elección de autoridades que buscan cambiar el status quo y eliminar las mismas instituciones que representan”. Además, señala que la popularidad del discurso ‘anti sistema’ desafía a las instituciones, las cuales requieren intervenciones inclusivas que reflejen la presencia estatal y atiendan las necesidades urgentes de la población.
El politólogo Roger Celi añade que “si la gente no confía plenamente en los policías, en los militares, en los políticos, y siente que el sistema es corrupto, también replicará estas conductas, porque sabe que, si el sistema es corrupto, ellos también pueden ser corruptos: dar sobornos, saltarse la fila”.
Aunque las empresas gozan de mayor confianza que los gobiernos, con un 63% de los encuestados confiando en ellas, esta cifra también ha mostrado una disminución en los últimos años. A pesar de que las perciben como más competentes, las empresas no se salvan de la desconfianza que afecta a las instituciones tradicionales.
Desde el activismo
La activista Ljubiça Fuentes destaca que el sector privado continúa siendo más confiable que el público porque las personas perciben que los gobiernos no cumplen con la garantía de derechos, lo que las lleva a confiar en instituciones privadas para abordar estas problemáticas. Sin embargo, también señala que “hemos interiorizado que más inversión y más dinero es lo nos sacará de la crisis en la que nos encontramos, suponiendo también que una de las mayores fuentes de desconfianza es la falta de trabajo y la precarización laboral que afecta a los jóvenes”.
“La confianza se deposita en las instituciones privadas debido a la percepción de una mejor administración de recursos en comparación con las instituciones públicas, que se ven comprometidas por la corrupción”.
Ljubiça Fuentes, activista
El informe también revela que, durante los últimos 10 años, la confianza en las empresas provenientes de potencias económicas a nivel mundial ha disminuido. Las corporaciones de China son las que más desconfianza generan alrededor del mundo.