Fuente: diario El País
Quito, 27 may (La Calle).- Un bombardeo de las fuerzas israelíes causó una muerte de 45 civiles, la mayoría menores de edad y mujeres, en el campamento de desplazados de Tel al Sultan en Rafah. Esto ocurre a pesar de las advertencias del Tribunal Internacional de Justicia de parar inmediatamente los ataques a esa región.
El ataque provocó un incendio que se fue extendiendo por las precarias construcciones de chapa, plástico o tela hasta acabar con la vida de al menos 45 personas, 23 de ellos menores y mujeres, según el balance proporcionado ya este lunes por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en la Franja, una vez extinguido el fuego y recuperados los cadáveres.
Israel admitió que se trató de un asesinato selectivo con el argumento de que allí se encontraban dos mandos locales del brazo armado de Hamás. Sin embargo, este mismo gobierno catalogaba la zona como humanitaria, es decir, segura.
Uno de los testigos entrevistados por los medios, Muhamad Ahmed Abu Sibah, contó que llevaba cinco meses en el campamento y hasta entonces se sentía relativamente seguro. Hasta este domingo, cuando estaba en su tienda de campaña “entre [las oraciones] del Maghrib y el Isha”, a última hora de la tarde, y oyó una explosión. Después, otra. “Fueron al menos dos misiles. El fuego comenzó a venir en esta dirección. Había coches quemados, mártires [muertos]…”, explicó.
En una rueda de prensa, el portavoz del Gobierno israelí, Avi Hyman, ha calificado de “grave” lo sucedido y ha admitido la autoría del ejército, según las investigaciones preliminares. “Fuimos a por dos mandos de Hamás responsables de muchos ataques […] Tras el ataque se desencadenó un incendio, los terroristas estaban bajo tierra…”, señaló.
