por Lisbeth Moya González
Quito, 9 mar (La Calle).- La marea violeta tomó las calles de Quito con la convergencia de causas sociales y colores que anida en el centro de la tierra. No fue un obstáculo la lluvia para las miles de personas que se congregaron desde la Universidad Central hasta la Asamblea Nacional. La marcha del 8M en este lado del mundo no se parece a otras, porque en ella afloran los conflictos y subalternidades que nos atraviesan.
La lucha por el aborto legal en Ecuador fue una de las reivindicaciones más repetidas en el trayecto. Bajo consignas como “Si el papa fuera mujer, el aborto sería ley” las ecuatorianas exigieron el derecho a decidir sobre sus cuerpos.
Esta marcha no dejó pasar por alto el tema de los feminicidios y el abuso sexual, en un país que en los últimos tres años tuvo un promedio de 70 muertes de mujeres por su condición de género. Estuvieron presentes los familiares de muchas de las víctimas, que han hecho suya la causa feminista y la búsqueda de justicia.
La lucha contra el acoso y respeto a las diversas identidades de género, también fue motivo de lucha este 8M en las calles de Quito.
La marcha estuvo llena de denuncias políticas, entre ellas al abuso policial, la corrupción y la exigencia del fin del gobierno de Lasso. “Yo no sabía que a los violadores los cuidaba la policía” o “El que no salte es chapa”, fueron algunas de las consignas para denunciar a las fuerzas represivas del Estado, que en 2022 reprimieron a las manifestantes del 8M. El rechazo a los uniformados es aún más notorio en estos tiempos, tras el feminicidio de María Belén Bernal en la Escuela Superior de Policía.
La Confederación Nacional de Pueblo Indígenas (Conaie) también estuvo presente, denunciando el asesinato del dirigente Eduardo Mendúa de la nacionalidad kofán, así como el reconocimiento y respeto a su cultura y origen.
La marcha del 8M en Ecuador demostró la fuerza y capacidad de convocatoria de la sociedad civil. Junto a sus madres desfilaban niñas y niños. Ecuador hierve, lo quema todo si es necesario y existe el relevo en esta larga lucha. El patriarcado no se va a caer, lo vamos a tumbar.