Quito, 28 nov (La Calle).- El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 1 de la Agenda 2030 busca poner fin a la pobreza. A tan solo 10 años de revisar su cumplimiento, Latinoamérica se encuentra en una grave incertidumbre: la pobreza y pobreza extrema crecerán para el próximo año.
“Por casi una década, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha posicionado a la igualdad como fundamento del desarrollo. Hoy constatamos nuevamente la urgencia de avanzar en la construcción de Estados de Bienestar, basados en derechos y en la igualdad, que otorguen a sus ciudadanos y ciudadanas acceso a sistemas integrales y universales de protección social y a bienes públicos esenciales, como salud y educación de calidad, vivienda y transporte. El llamado es a construir pactos sociales para la igualdad”, dijo Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva del organismo regional, durante el lanzamiento del informe Panorama Social de América Latina 2019.
Para el desarrollo de los países tercermundistas, CEPAL recomienda que se planteen políticas redistributivas y fiscales activas que permitan superar la pobreza en la región.
El Informe del Panorama Social de América Latina
En el informe del Panorama Social de América Latina, CEPAL destaca el crecimiento de la clase media. Pero también denuncia que los ciudadanos que están en este estrato social siguen teniendo carencias y sufren vulnerabilidades, tanto en relación con sus ingresos como en el ejercicio de sus derechos.
Más de la mitad de las personas de clase media, no habían terminado sus estudios secundarios hasta el 2017, explicó el informe. Las cifras además demuestran que el 36,6% se insertaba en ocupaciones con alto riesgo de informalidad y precariedad (trabajadores por cuenta propia no profesionales, asalariados no profesionales en la microempresa y en el servicio doméstico).
A su vez, solo la mitad de las personas económicamente activas estaba afiliada o cotizaba en un sistema de pensiones. “Así, el informe evidencia que una alta proporción de la población de ingresos medios experimenta importantes déficits de inclusión social y laboral y un alto grado de vulnerabilidad a volver a caer en la pobreza ante cambios provocados por el desempleo, por la caída de sus ingresos u otros eventos catastróficos como enfermedades graves y desastres”, dice CEPAL.
Hasta 2018, aproximadamente 185 millones de personas se encontraban bajo el umbral de la pobreza, de los cuales 66 millones de personas estaban en la pobreza extrema.
Estos números para el proyecto del próximo año, indican que los números de pobreza y pobreza extrema subirían a 119 millones y 72 millones, respectivamente. Es decir, la pobreza extrema en la región subirá en 14 millones de latinoamericanos. “La pobreza afecta mayormente a niños, niñas y adolescentes, mujeres, personas indígenas y afrodescendientes, a los residentes en zonas rurales y a quienes están desempleados”.
Finalmente, el documento llama a atender las causas estructurales de la migración y a reforzar la cooperación multilateral para asegurar la protección social y la inclusión social y laboral de las personas migrantes en todas las etapas del ciclo migratorio. Entre 2010 y 2019, el número de personas migrantes en América Latina y el Caribe aumentó de 30 a 40,5 millones, lo que equivale a 15% del total de migrantes a nivel mundial. Entre 2000 y 2019, la proporción de migrantes intrarregionales aumentó de 57% a 70% del total.
Las remesas desempeñan un papel importante en el alivio de la pobreza en varios países, plantea el documento. En El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominicana, la incidencia de la pobreza sobre el total de la población sería entre 1,5 y 2,4 puntos porcentuales más elevada si no fuera por estas transferencias de dinero.