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50 años de El exorcista: así nació este film de culto

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Quito, 26 dic (La Calle).- El 26 de diciembre de 1973 se estrenaba en las salas de cine de Estados Unidos, una película a la que la productora Warner Bros. no le tenía mucha fe, sin embargo, el filme se volvió de culto para los amantes del terror y dividió a la Iglesia en intensos debates sobre la representación de un exorcismo en el cine. Estamos hablando de El exorcista que celebra su 50 aniversario de estreno y que se ha convertido en una pionera del terror moderno en el séptimo arte.

Millones de espectadores hacían filas sin importar las bajas temperaturas a las que estaban expuestos, se prohibió en varios países y en las salas de cine, algunos vomitaban o se desmayaban por el susto. Con un presupuesto de USD 12 millones, recaudó la impresionante cifra de USD 441 millones.

El germen del mal

La película se gestó mucho antes de su estreno. En 1949, un estudiante de la Universidad de Georgetown, William Peter Blatty se interesó por el caso de un niño poseído, Ronald Edwin Hunkeler que fue exorcizado durante seis semanas hasta el 19 de abril de 1949. Le llevaría a Blatty casi dos décadas escribir la novela que se publicó en 1971. No pasó mucho tiempo para que el director William Friedkin (fallecido en agosto de 2023) se interesara por la historia y se pusiera al frente de la dirección. De guionista estaba, por supuesto, el propio Blatty.

A diferencia de los monstruos clásicos de la Universal entre los años 30 y 50, la propuesta de El exorcista se acercaba más al terror cotidiano, era un suceso que podía sucederte a ti o tus vecinos. Los demonios han formado parte de la cultura popular desde los comienzos del cristianismo y una fuerza que puede llegar a cualquier parte de acuerdo con las creencias de las personas.

“No es una película de vampiros o extraterrestres; es de gente que vive en tu calle” -explicó el director Friedkin-, “una calle que existe, en una ciudad que existe, en el que personas reales viven en una casa, en la que arriba, en el tercer piso, hay una pequeña niña, que está poseída por un demonio”.

La interpretación de Linda Blair

Lo que más resalta en la novela y la película es Reagan MacNeil, la niña poseída por el demonio Pazuzu, por lo que debe someterse a una serie de exorcismos. La película volvió famosa a Linda Blair, quien hizo una extraordinaria actuación, sin embargo, nunca pudo safarse del personaje que la lanzó al estrellato.

Su voz y los chillidos que lanza durante su transformación son unas de las cosas más importantes de su actuación, pero también las heridas que se mostraban en su cara, obra del maquillador Dick Smith. Según la historia real, el niño poseído tenía heridas en la cara y la palabra hell (infierno) escrita en su cuerpo.

A pesar de la preocupación de sus compañeros de reparto por las actuaciones y diálogos que no eran apropiados para su edad, Linda se tomaba con mucha seriedad y madurez su papel. “Mi religión es cristiana y nunca discutimos del diablo, por lo que para mí se trataba simplemente de un personaje ficticio, no era real”, indicó la actriz.

Dos imágenes fuertes y que pasaron a la historia del cine fueron cuando gira su cabeza 360 grados y la masturbación con un crucifijo.

Escenas memorables

La película hace un espeluznante manejo de la luz y sombras, un ejemplo es cuando el padre Merrin llega a la casa de Reagan en medio de una niebla terrorífica que denota el lugar a donde está llegando. Otra escena es la que no aparece en la versión original de 1973, pero si en el reestreno del 2000, donde Reagan baja las escaleras de espaldas al suelo apoyándose de sus manos y pies como una araña.

La empinada escalera de 75 escalones en la que muere el padre Karras, luego de lanzarse por la ventana tras liberar a Regan del demonio se volvió un lugar icónico y de culto para los fanáticos cuando visitan Georgetown. (MIB)