400 mil firmas se necesitan para salvar el Chocó Andino

Quito, 19 oct (La Calle).- Organizaciones y representantes de la Reserva Natural del Chocó Andino recolectan firmas para alcanzar una consulta popular y prohibir la minería metálica a cielo abierto en el territorio. La meta es sobrepasar las 200 mil firmas requeridas para la aprobación de la solicitud.

El 24 de octubre se termina el plazo de la recolección de firmas para ir a la consulta popular que saque a las empresas mineras de la mancomunidad. Hasta el momento los colectivos lograron reunir más de 300 mil firmas. Sin embargo, no es una cifra suficiente debido a los estrictos requisitos del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Los requisitos importantes para ratificar una firma es que sea idéntica a la de la cédula y que el ciudadano esté empadronado en Quito. La procuradora de la iniciativa Quito Sin Minería, Teolinda Calle, mencionó que en este proceso se invalidan muchas firmas por lo que no necesitan 200 mil, sino 400 mil. La meta de llegar a un consultar popular es significativa, pues se conservaría la biodiversidad de todo el lugar.

“Vamos a lograr que las concesiones mineras que están esperando instalarse, además de las doce que ya están, no entren al Chocó Andino”, dijo Calle.

También resaltó que a pesar de que varias empresas cuentan con la concesión no tienen los permisos ambientales para operar. Sin embargo, en algunos lugares ya se inició con la fase de exploración como en la parroquia de Pacto.

Existen varias empresas que tienen concesiones en el lugar entre ellas Andes, Natural Resources, Melina Changó y CODELCO. En este último caso, la empresa tiene la concesión sobre el Corredor Ecológico del Oso Andino, un patrimonio natural.

Una resistencia de años

El biólogo Inti Arcos cuenta que históricamente este lugar ha sido entregado a las empresas de minería metálica de manera inconsulta y violenta. En el 2008, los hermanos Armando y Salomón Miranda fueron heridos por paramilitares de una empresa minera que invadió sus tierras. El suceso ocurrió en la zona de Pachijal.

Las comunidades han puesto resistencia al ingreso de la minería. En consecuencia, algunas empresas han detenido su operación y demandaron a 32 defensores por sabotajes y daño al bien ajeno. Uno de los impactos más significativos de esta situación ha sido la división de la mancomunidad, unos están a favor y otros en contra.

Las afectaciones al trabajo sostenible

La forma de vida de los habitantes del sector se ve afectada por la incursión de la minería. La gran biodiversidad del Chocó Andino activó el turismo sostenible, la agricultura orgánica y el levantamiento de emprendimientos familiares. En el ámbito del turismo existe una gran inversión, por lo que la pérdida del territorio también afectaría económicamente a esta área de trabajo.

“Por ejemplo, dependemos de que estos bosques estén sanos y en silencio para trabajar con la gente que viene a ver aves que son muy sensibles a los sonidos’’, dijo Arcos en referencia a la ornitología, una actividad sostenible que genera ingresos en el territorio.

Para Teolinda Calle, el apoyo que el Estado da a la minería puede ser invertido en las actividades que promueve el territorio. Actualmente, el turismo sostenible ya aporta con una gran cantidad de impuestos y genera empleo.

Otro caso también es de la Asociación de Paneleros. Para este grupo, el ingreso de la minería significaría el declive de su negocio. La panela orgánica necesita de certificaciones muy estrictas para exportar su producto a Europa, pero la presencia de la minería puede ser un obstáculo.

La reserva natural del Chocó Andino

El área del Chocó Andino está ubicada en la Provincia de Pichincha en los cantones de Quito, San Miguel de los Bancos y Pedro Vicente Maldonado. La mancomunidad abarca seis parroquias como Pacto, Gualea, Nanegalito, Nanegal, Calacalí y Nono. En el 2018 fue declarado como Reserva de Biósfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Los bosques protectores abarcan diferentes especies en peligro de extinción como los osos hormigueros, los guatusos, los monos aulladores y los tucanes del Chocó. Además, son fuente de agua potable, producción agroecológica y generación de energía eléctrica. (A.G.M)

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