Quito, 26 nov (La Calle). – “Deja de gritar, ahora te aguantas, ¿para qué vas a abrir las piernas?”, esta es una de las tantas frases que millones de mujeres tienen que escuchar en el momento del parto. Este cuestionamiento, entre otros, es parte de la violencia obstétrica.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) presentó las cifras de violencia a mujeres este 25 de noviembre de 2019. Dentro de ese informe existe un número que sigue siendo preocupante: 48 de cada 100 mujeres mayores de 15 años sufrieron violencia gineco-obstétrica.
De ese número, más de la mitad, el 54,8% de mujeres fue ofendida en las zonas rurales, mientras que el 44,7% en las zonas urbanas.
Frente a esto, las cifras denotan que el país sigue con sus prácticas discriminatorias al momento de dirigirse a una mujer: 70 de cada 100 mujeres indígenas sufrió de violencia gineco-obstétrica.
Los estudios tomaron en cuenta cuatro ejes: las mujeres a las cuales les hicieron algún comentario o insinuación sexual que las hizo sentir ofendidas, humilladas o incómodas al momento de la atención ginecológica; las que fueron examinadas en presencia de otras personas sin pedirle su consentimiento ni brindarle ninguna explicación de su presencia; quienes no recibieron ningún tipo de asesoría de manera que puedan decidir cómo dar a luz; y quienes durante la labor de parto, la obligaron a permanecer en una posición incómoda o molesta para ella.
Sobre los roles masculino y femenino
A nivel nacional 27 de cada 100 mujeres, creen que una buena esposa debe obedecer a su esposo en todo lo que él ordene. La mayor parte de las encuestadas que asintieron en esta pregunta eran indígenas, no tenían nivel básico de educación, tenían 65 años o más o eran casadas.
Sobre las tareas de la casa y cuidado de los niños, 45 de cada 100 mujeres, creen que esa es su labor. En ese mismo porcentaje se ubican las mujeres que piensan que el hombre es el responsable de todos los gastos familiares.
“Las mujeres no son violadas por su forma de vestir” dijo Paola, trabajadora social que concienciaba sobre no permitir la revictimización de la mujer después de un abuso sexual o violación. Pero el INEC demuestra que aún falta trabajo por realizar en este caso: 57 de cada 100 mujeres creen deben actuar y vestirse recatadamente para no provocar a los hombres.
Pero no todas las cifras fueron negativas. A nivel nacional 86 de cada 100 mujeres, creen que tienen el mismo derecho para trabajar y ganar dinero que un hombre. La mayor parte de ellas eran mestizas y afrodescendientes, tenían una formación educativa superior, tenían entre 15 y 17 años y estaban solteras.