Quito, 30 sep (La Calle). – Para algunos el 30 de septiembre es un día más en el calendario gregoriano. Para otros, el 30S es el día en que “triunfó la democracia”. Para el expresidente Rafael Correa “aquel día cambió el país para siempre”, como escribiera en un tuit del 2014.
Los rayos de sol que iluminaban la Capital de los ecuatorianos no podían predecir los acontecimientos que tendrían lugar hasta la noche. Un día en el que el poder Ejecutivo representado en el presidente estuvo en riesgo.
¿Por qué se dio?
El 11 de agosto del 2010, la Asamblea Nacional aprobó La Ley de Servicio Público. En el articulado, las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Aviación Civil deben ser integradas a la Ley de Servicio Público. Además, las instituciones educativas de esas fuerzas deben ser asignadas al ámbito del Ministerio de Educación, y los servidores administrativos de las fuerzas deberán adscribirse al sistema educativo público.
En la ley se expresa se respetan los derechos que tienen los efectivos de las fuerzas “a recibir condecoraciones, reconocimientos, porque ellos no cobran horas extras, ni complementarias, tienen jornadas y horarios especiales”.
Protesta policial
No obstante, la aprobación de la Ley no fue del agrado de las fuerzas policiales que durante el mes de septiembre hicieron rodar circulares donde se instaba a defender los derechos de la labor policial. Para la mañana del 30 de septiembre, los gendarmes se declararon en protesta, suspendieron sus jornadas laborales, bloquearon carreteras y además impidieron el ingreso a la Asamblea Nacional.
Varios se apostaron en el Regimiento Quito y el Hospital de la Policía y entre canticos pedían al entonces presidente Correa la derogación de la ley. El mandatario decidió ir a dialogar con el cuerpo policial. Sin embargo, fue recibido con bombas lacrimógenas y tuvo que dar su discurso en un edificio contiguo al Regimiento.
Uno de los momentos más recordados de ese discurso es cuando el presidente, visiblemente enojado y cansado (había sido operado de la rodilla unos días antes) tironeó de su camisa diciendo:
“Señores, si quieren matar al presidente ¡aquí está! ¡Mátenlo si les da la gana! ¡Mátenlo pues si tienen el poder! ¡Mátenlo si tienen el valor! En vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos. Pero seguiremos con una política de justicia y dignidad. No daremos un pasa atrás”.
Bombas y confusión
Cuando Correa salió, una nube de bomba y gas pimienta llenó el ambiente. Con una máscara antigas y rodeado de la escolta presidencial llegó al Hospital de la policía. Lugar rodeado por los gendarmes que no lo dejaron salir. El presidente ordenó la actuación del Ejército ecuatoriano y la trasmisión de una cadena nacional. Los medios transmitieron durante ocho horas seguidas.
Protestas, salida y tiroteo
Miembros de Alianza PAIS llamaron a la ciudadanía a defender la democracia y al gobierno. Un grupo llegó a la Plaza de la Independencia a la espera del presidente. Mientras que otros simpatizantes llegaron al Regimiento Quito ha enfrentarse con la policía. Situación que dejó varios heridos y un fallecido.
En la Capital y varias ciudades del país se registraron saqueos, robos, destrozos e inseguridad debido a la paralización de la policía. Las Fuerzas Armadas tomaron la vigilancia de las ciudades durante ese día.
En horas de la noche, militares realizaron el rescate del presidente en el hospital. Acción que derivó en un fuego cruzado de 20 minutos en el que murieron cuatro ciudadanos y que se transmitió por televisión nacional.
Ya eran las 10 de la noche cuando Correa arribó al Palacio Presidencial. En su discurso responsabilizó del golpe al expresidente Lucio Gutiérrez y los sectores de la derecha. El Estado de Excepción se mantuvo vigente hasta el 8 de octubre y en Quito llegó hasta diciembre.
Diez años después, grupos afines al expresidente insisten en que el 30S fue un intento de golpe de Estado que no prosperó. La oposición dice que no hubo un secuestro y que los hechos son una victimización por parte de Correa. En este mismo mes, una jueza formuló cargos en contra de 5 militares por la muerte del policía Froilán Jiménez.