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10 frases de Tolstói sobre la vida y la humanidad

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Quito, 20 nov (La Calle).- Un 20 de noviembre de 1910 en Astapovo, un pueblo en la Rusia rural fallecía uno de los escritores más importantes de la literatura universal, León Tolstói. Tenía 82 años y había abandonado su hogar. Era invierno y cayó enfermo de neumonía en una estación ferroviaria. Su muerte llegó luego de huir del estilo de vida aristocrático y separarse de su esposa.

Tolstói había intentado renunciar a sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia, en especial su esposa, Sofía Behrs, lo impidió. Este fue uno de los motivos por los que Tolstói había decidido abandonar su hogar. Recogemos 10 frases sobre la razón, la vida y las actitudes humanas.

  • “No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo”.
  • “Debo acostumbrarme a que nadie nunca me comprenderá. Este deber ser el destino común de la gente difícil”.
  • “Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre”.
  • “Me dio una inmensa alegría que no me hayan concedido el Premio Nobel. En primer lugar, esto me libró de un gran aprieto, el de disponer de ese dinero que, como el dinero en general, según mis convicciones, no puede producir sino mal”.
  • “No hay grandeza donde faltan la sencillez, la bondad y la verdad”.
  • “La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”.
  •  “El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo”.
  • “El ejército ha sido siempre la base del poder y lo sigue siendo. El poder está siempre en manos de los que tienen el mando del ejército”.
  • “He oído decir que las mujeres aman a los hombres hasta por sus vicios —empezó de repente—, pero yo odio a mi marido por su bondad”. (Ana Karenina)
  • “Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia”.